Amistades en el instituto

- Bueno ya me tienes a mí. Ya no podrás decir nadie...- Le sonreí ampliamente.- Pero creía que eras muy sociable... Bueno... ¿Qué clases te tocan?

— A ver, es difícil de explicar, mucha gente me considera amiga suya, aunque yo no me considero de ellos. Esta tarde no hay clase.-

- Es verdad... Como por ejemplo yo ¿No?

— No lo sé, no te conozco a ti casi.

- ¿Qué quieres saber de mí? Pregunta y yo respondo...

— No me gusta preguntar. Pregúntame tú.

- ¿Cuantos años tienes?

— 17 y tú?

130 o por ahí.
- Estoy a punto de cumplir los 17... faltan dos días para mi aniversario... ¿Cuando es tu cumple?

— Ya pasó —Reí.

- Oh. Lo siento. Me gustaría haberte regalada algo...

— Bah, no importa —Susurré— Ya hará bastante tiempo que no celebro mi cumpleaños, me trae amargos recuerdos.

- A mí me trae recuerdos de mi madre... mi padre nunca estubo presente... se separaron cuando yo era un bebé y ella siempre decía que estábamos juntas y que siempre podía confiar en ella.

— A mí me recuerda a mis padres y a Zafiro, por eso es amargo —Susurré.

- Y ¿Cómo te encuentras ahora?

— Mejor —Susurré.

Qué va, peor, maldita sea Zafiro.

- No me mientas... ¿Qué te duele?

— Nada, de veras...

- Va dime que te duele... si no no podré acer que te duela menos hombre...

— No me duele nada —Susurré— Almenos no físico.

- Oh.- ÉL se ruborizó, que mono estaba cuando su sangre le subía a las mejillas- Sonrié.- Le dije.- Este será tu regalo de cumpleaños para mí. ¿Te parece?

¿Una sonrisa equivalía a un regalo?

— Oh, vamos, ¿cuándo es tu cumpleaños?

- En dos días. Y si piensas que una sonrisa no parece un regalo, no es verdad. Para mí significa mucho que la gente sea feliz en mí entorno...- Miré hacia abajo. Me moría de vergüenza...

— Está bien, dos días, me lo apunto —Musité— Tendrás tu regalo, intentaré trabajar estos dos días de cualquier cosa. Porque sino, no tengo pasta a no ser que no robe.

Dura vida sin nadie.

Iba por el Instituto con mi aspecto de espíritu, nadie podía verme, a no ser que fueran o vampiros o esos que tienen un sexto poder. En breve aparecería como una humana y eso me impediría ir por ahí porque había gente que me conocía. Bueno, iba por ahí hasta que encontré la enfermería y oí una conversación. Entré ahí, aún tenía diez minutos para seguir siendo transparente a ojos de los humanos... Oh...

— OH NO —Mi voz no era captable para los sentidos humanos.