Una noche cualquiera

Ella me miró a los ojos, me incliné para verla mejor. Mis ojos se derritieron al ver su precioso rostro.
Ella se cercó un poco más y yo la correspondí, llegados a un punto que casi nos tócabamos, quería besarla en ese mismo momento.
Me adelanté y la atravesé, maldita sea.
- Esto. Los siento.

— Jode un poco, lo sé. —Sonreí.

- Bueno no importa. Esto... Lo que más me jode es que cuando eres humana tengo sed de tí. No te asustes, no voy a morderte ni nada por el estilo, soy vegetariano, pero es que cuando eres human, no se si podré...

— Te entiendo.

- Sabes. Nunca alguien me había echo sonreír tantas veces como has hecho tú hoy.

— Debo sentirme especial por ello. ¿No?

La miré de reojo.
- No.

— Ajá.

Pues yo me siento especial estando a su la... ¡ZAFIRO!

- Pero es como me siento a tu lado... Me siento especial... me siento bien... me siento humano...
Miré hacia abajo.

— No deberías...

- Lo se, pero es como me siento, quiero que lo sepas.

— Ya...

- Mira, si no quieres estar a mí lado, lo comprenderé.

— ¡Yo no he dicho eso! —Mascullé, enfadada— Sólo es que me jode. Nada más, me jode el no poder abrazar a la gente que quiera, me jode pensar que soy una simple persona muerta.

- Sabes que no eres solo eso para mí...

— Ya, ya lo sé.. —Musité— ¿Qué hora es?

- Las 2 de la madrugada... Me parece.-Dije, algo inseguro de mí mismo.

— Oh vaya —Miré a la Luna— Me quedan una hora como mucho para ser humana, qué bien ¿no?... —Supongo que notó la ironía en mi voz, la inseguridad que mostraban mis palabras al salir de mi boca.

No es que me disgustase ser humana, sólo que me aburría tener que convertirme cada dos por tres y sólo estar dos horas al día. Én fin, aburrido y monótono; irremediablamente así pasaría la eternidad.

— Claro que sí... ¿Irás a por Matt? — Las palabras que salieron de mi boca me golpearon como piedras...

— Por lo visto no entiendes lo que se llamaría ironía.

— ¿Estas diciendo que te quedarás conmigo?

— Ains...

Desaparecí... Pero no fue para irme, si no por ir a por otro gofre.

— Ya estoy aquí.

Notë como de golpe el viento atizaba mi piel como leves fuetazos, como el aire frïo de la montaña me travesaba silenciosamente la piel, como todo adoptaba un aspecto más... material.

De pronto ella ya era una humana. Una ráfaga de sed me recorrió todo el cuerpo. Tenía que controlarme. Ella se acercó poco a poco.
— Espera...

— Eh, eh, eh, que no quería hacer lo que piensas...

Era verdad u.u

— Sólo quería... m... nada.

Aproveché un momento de distracción para besarla... Sus labios se juntaron con los míos...