Amistades en el instituto

- Eso no es verdad, te desea, te quiere, y ahora en estos momentos eres materia.

¿Por qué coño hablaba sola Nana? ¿O quizás tenía telepatía con Fire? No, eso confirmaba la sospecha que era un...

— ESPÍRITU... —OH DIOS.

- Exacto Edward, te lo estoy intentando decir, ella es el espíritu. Y contestando a lo tuyo, No puedes hacer nada para solucionarlo, no puedes hacer nada para volver a ser humana, y no llores, todo podrá solucionarse.
Le acaricié el rostro intentando ser simpática por segunda vez en un día, cos que no solía hacer.

Fire & Eddy
25-1-06

Lo busqué como un desesperado en la pared derecha de la sala. Y ahí seguía.

— ¿Por qué rompiste nuestra promesa?

Y en el momento que ella la rompió, mi corazón se desquebrajó.

- Solo intento que no llores odio que lloreís, dios, me da tanta pena me quemo por dentro cuando veo alguna lágrima salada.
Miré a Edward una lágrima bajó por su rostro, yo la cacé. Y él me miro sorprendido por la rapidez en la que lo había hecho.

Me acerqué a esa mrrca.

— No, no rompí la promesa. —Sonreí— Sigo, aquí, a tu vera. Ya sabes que mi corazón siempre será tuyo. Nunca habrá otro más, porque sólo eres tú el que ocupa mi corazón. No hay nada más. Sé que duele.. pero.. nunca rompí la promesa. Nunca me he alejado de ti, sólo me he mantenido distante,. Nada más, todas las noches aguantaba tu sueño a tu lado, y recobraba forma humana durante dos horas y permanecía quieta a tu lado, al lado de tu cama, o me ocultaba. Nunca la rompí, Eddy.

— Pero... yo noté como te fuiste, ¿por qué no me decías que estabas ahí?

- Vale ¿Qué me he perdido?

— En fin, se lo contaré, eres lo que más se parece a una amiga para Eddy. —Suspiré— Mira, te cuento, cuando empezamos a salir él y yo hicimos una promesa: no separarnos nunca, aunque cortáramos, nunca estaríamos lejos el uno del otro. Entonces, un día... me atacaron y morí. Y él creyó que me había alejado de él, pero siempre había estado a su lado.

Alguien abrió la puerta.
¿Quién era ese? Tenía un rostro pálido, como el mío, ojos de color miel...

... Su cara me era familiar.

- Discúlpadme me he equivocado de clase.
Un achica me sonrió ampliamente, que guapa, que hermosa...

Me es demasiado familiar. Demasiado.

— Niño ¿cómo te apellidas?

- No tengo apellidos, no tengo familia, no tengo pasado.

— Vaya.

Qué niño más raro, pero me era familiar coño.

— ¿No seremos parientes?

- No creo, soy nuevo en este instituto.
Como siempre puse cara de pocos amigos. No me gustaba sonreir.

— Me eres familiar.

Me levanté y Edward quería retenerme, pero me zafé de su mano. Me puse delante suyo. Sí, me era familiar.

— No eres tú, es tu rostro, tus rasgos.

- Esto... yo soy un chico normal... solo soy un estudiante nuevo que no tiene amigos y pasa de tenerlos.
Vale... ¿Quién era esa chica?

— Tú... sí espera.

Lilith, maldita sea. Era pariente de una maldita vampiro.

— Dios, no. Es que lo sabía, soy gafe.

- ¿Qué estas diciendo? ¿Se puede saber que te he hecho yo?

— Vale, genial. —Estaba a punto de chillar— Tú nada, fue tu maldita hermana. Lilith.

- Hija de su madre... ¿Qué te izo esa...?
Mi cuerpo estaba a punto de estallar de la ira.
Maldita Lilith siempre con ganas de sangre.. y encima humana.