En la feria

— Si quieres que te mate, sí.

Alcé los hombros.

— Los vampiros tampoco sabéis mal, algo más salados, pero no estáis mal de gusto. Creo que tendré que ir a por azúcar.

Y no lo decía en coña.

— Bueno, mataré a otro desgraciado. Adiós.

Y desaparecí.

— Sí, mató a nuestro creador. Intenté que comiera solo animales, pero todo fue envano. Es muy poderosa, y tiene mucha fuerza. Esto... yo también maté a un vampiro una vez... Pero me siento muy culpable por ello, igual que cuando era un neonato me alimenté de humanos, no sabía que había otra alternativa, no sabía nada, tampoco pude consultar a nuestro creador. Así que cuando un día estaba paseando por el bosque en busca de alimento me encontré a un cierbo... y bueno me alimenté de él. No estaba tan bueno como aquellos humanos. — Cerré losojos y dije— Me prometí que nunca mataría a otro humano, en toda mi existéncia. Y desde entonces no lo he hecho.

— ¿Podría matarte a ti también? —Susurré.

— Sí, como te dije es muy poderosa, y encima ella esta más fuerte, la energia sale de la sangre. La de los humanos tiene muchas más vitaminas que las de los animales. Si yo veviera sangre humana podríamos igualar, pero eso nunca pasará, nunca volveré a alimentarme de un ser humano.

— Oh vaya... —Mi voz se quebró— Edward y tú... todos... menos yo... todos, me quedaría sola...

— He, he, aún falta mucho para que mi "vida" termine. ¿Te ha quedado claro?, aguarda un momento aquí por favor, ahora vuelvo.

La solté y me dirigí hacia una parada de algodones de azucar que había visto antes.
Compré uno y me diigí al lado de Fire.
— Toma, cielo. Alegra esa cara.

— Gracias cielo —Sonreí.

Ella lo agarró y yo se lo quité de las manos y le besé, nuestros labios se juntaron, ese día había sido muy feliz a su lado.
Ella no dijo nada y se dejó llevar, ese beso me trajo tanta alegria.
Ese beso sabía a azucar.

Dulce y salado junto, nunca había provado esa mezcla, pero ya no podía decir eso.
Le cogí la mano y la entrelacé con la mía.
Su tacto empezó a desaparecer. No podía ser ahora no. ¡Maldita sea! Aproveche, cada segundo de su transformación.

Miré mi mano, desaparecía lentamente. Mis lágrimas ya no tenían materia. Extendí mi mano y él hizo lo mismo. Mi cuerpo ya casi era transparente...
Ya era la hora. Él intentó abrazarme, pero sólo tocó la nada.

— Esto...— No sabía que decir, no podía, me había dejado a mmedias— No pasa nada, ¿Quieres que nos veamos mañana?.

Asentí levemente.

— ¿Vas a venir mañana al instituto?

— Supongo, quiero ver como está Eddy.

— mmm... vale.
Nos encaminamos fuera de la feria
— Sé sincera ¿Te lo has pasado bien?

— Shhh —Susurré— Míralo por tú mismo.

Me puse dentro de su cuerpo e intenté hacer que las imagenes de mi mente penetrasen en la suya.

Los recuerdos que habíamos pasado juntos esa noche fluyeron con mayor intensidad cuando ella me lo mostró.
— Ya veo, esto... si mañana no quiero atacar al instituto debería ir a cazar, si te apetece venir... Pero no creo que te lo pases tan bien como ahora, no me gusta que me observen cuando... bueno me descontrolo...

— No creo que seas peor que Lilith —Dibujé una media sonrisa— Porque yo vi como mataba a mis padres delante de mí.

— Siento que tubieras que presenciar eso, pero soy peor que Lilith, ella sólo se alimenta por placer, yo lo jgo por necesidad, sólo acudo al bosque cuando estoy hambriento, por eso me desmadro más... Bueno, no importa...

— Yo creo que ella es muy peor.

Proyecté mis recuerdos en su cabeza. Sí, era muy peor. Desgarraba los cuellos sin piedad, atravesaba cuerpos con sus garras...

— No quiero ver a mi hermana haciendo eso. ¿Por favor, podrías dejar de proyectarlo?

— Yo, este poder, lo controlo relativamente, porque si tú quieres, mis imágenes siguen fluyendo en tu mente, así que eres tú el que debes desear que pare.

Las imagenes pararon...
— ¿Te gusto, o sólo me estas siguiendo el juego?
Me temía que diciera la segunda ompción...